Demuestran que la manipulación de la microbiota intestinal podría ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares

Un estudio publicado en la revista Beneficial Microbes muestra como la presencia del hongo Mucor racemosus en el intestino podría tener una influencia en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

El intestino humano alberga una gran variedad de microorganismos que forman un ecosistema natural. Entre ellos, las bacterias son los componentes más abundantes y se sabe que su calidad y composición están relacionadas con desórdenes como la obesidad y la diabetes. Sin embargo, la diversidad fúngica (o micobiota), que representa entre el 0,03 y el 0,2 por ciento de la microbiota intestinal, ha sido menos explorada.

La microbiota intestinal es la comunidad de microorganismos vivos residentes en el tubo digestivo y es indispensable para el correcto crecimiento corporal, el desarrollo de la inmunidad y la nutrición. Las alteraciones en la microbiota podrían explicar algunas epidemias de la humanidad como el asma y la obesidad. La disbiosis se ha asociado a una serie de trastornos gastrointestinales que incluyen el hígado graso no alcohólico, la enfermedad celíaca y el síndrome de intestino irritable. Investigadores del CIBEROBN, del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) y del Institut d'Investigació Biomèdica de Girona Doctor Josep Trueta (IdIBGi) han analizado la posible contribución de la micobiota intestinal con la aterosclerosis subclínica en un grupo de sujetos obesos y no obesos. Parámetros como la estimación del riesgo cardiovascular a 10 años vista (Framingham Risk Score (FRS)) y el grosor medio de la íntima de la carótida (CIMT) han sido analizados para cada grupo.

En el estudio se encontró que la abundancia relativa del filo Zygomycota, que comprende la familia Mucoraceae y el género Mucor, se asoció negativamente con el CIMT. Obesos con Mucor spp. detectables tenían un perfil de riesgo cardiovascular similar al de los sujetos no obesos. Asimismo, la abundancia relativa de Mucor racemosus se asoció negativamente con FRS y CIMT. La abundancia de M. racemosus tuvo el mismo impacto en el modelo que la relación cintura-cadera, colesterol de lipoproteínas de alta densidad, triglicéridos en ayunas o glucosa en ayunas, sugiriendo que la abundancia relativa de M. racemosus en el intestino puede ser un biomarcador relevante para el riesgo cardiovascular.

Estudios como estos demuestran que en un futuro, la manipulación de la micobiota intestinal podría ser clave para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

 

Investigación original: The gut mycobiome composition is linked to carotid atherosclerosis Benef Microbes. M.R. Chacón, J. Lozano-Bartolomé, M. Portero-Otín, M.M. Rodríguez, G. Xifra, J. Puig, G. Blasco, W. Ricart, F.J. Chaves and J.M. Fernández-Real. 2017 Nov 10:1-14. https://doi.org/10.3920/BM2017.0029.

Foto: flora intestinal

Fuente: National Institute of Allergy and Infectious Diseases, National Institutes of Health