Piezo2, una proteína en las células Merkel podría controlar el picor crónico

Científicos de la facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos) han identificado un tipo de neuronas sensoriales llamadas células de Merkel cuya ausencia provoca ganas de rascarse. Mediante estudios en ratones, descubrieron que el número de las células Merkel se reduce conforme el animal envejece, y que se encontraban en menor cantidad en animales con la piel seca.

El picor crónico es un problema cada vez más común y debilitante en los ancianos. La piel seca relacionada con la edad está fuertemente asociada con la aloknesis (alteración del proceso de la señal nerviosa), y entonces la sensación de picor está provocada por una estimulación mecánica inocua, como puede ser el tacto ligero.

El sistema somatosensorial transmite muchas señales que van desde el tacto ligero hasta el dolor y el picor. El tacto es crítico para la conciencia espacial y la comunicación. Sin embargo, en estados de enfermedad, estímulos mecánicos inocuos pueden provocar sensaciones patológicas tales como la picazón mecánica (aloknesis).

Los mecanismos moleculares y celulares que rigen esta conversión siguen siendo desconocidos. En este artículo publicado en la revista Science, los investigadores encontraron que, en ratones, la aloknesis en el envejecimiento y la piel seca se podría asociar con la pérdida de células de Merkel, los receptores táctiles en la piel.

La supresión genética dirigida de las células de Merkel y los canales de piezo2 mecanosensibles asociados en la piel fue suficiente para producir aloknesis. Por el contrario, la activación quimiogenética de las células de Merkel podrían proteger contra la aloknesis en piel seca. Este estudio revela una función previamente desconocida de los receptores táctiles cutáneos y podría proporcionar información sobre el desarrollo de la aloknesis.

Los científicos adaptaron la técnica de von Frey para irritar mecánicamente la piel de ratones jóvenes (2 meses) y viejos (de más de 24 meses de edad) a diferentes niveles de fuerza mecánica. La estimulación mecánica que oscilaba entre 0,02 y 0,16 g provocó un comportamiento de rascado en ratones envejecidos de una manera no observada en ratones jóvenes. En cambio, el picor agudo en respuesta a pruritógenos clásicos como la histamina (His) o la cloroquina (CQ) no fue afectado por el envejecimiento. El dolor mecánico (2,0 g de la fuerza del vello von Frey) y las respuestas de dolor térmico no revelaron ninguna diferencia en los ratones envejecidos en relación con los ratones jóvenes.

Investigación original:  Jing Feng et al. Piezo2 channel–Merkel cell signaling modulates the conversion of touch to itch. Science. Vol. 360, Issue 6388, pp. 530-533. DOI: 10.1126/science.aar5703