Biomarcadores en el cáncer de mama 2024: consenso actualizado por la SEOM y la SEAP

El Dr. Ramón Colomer, director de la cátedra, es coautor de una revisión que actualiza las recomendaciones sobre el uso de biomarcadores personalizados de diagnóstico y pronóstico en el análisis rutinario de pacientes con cáncer de mama.

El análisis de biomarcadores ofrece información que complementa los datos clínicos del paciente, permitiendo un diagnóstico o pronóstico de la enfermedad más preciso y temprano. Además, ayuda a seleccionar los tratamientos adecuados para cada paciente.

Para optimizar el uso de biomarcadores, es necesario estandarizar y armonizar los métodos analíticos. Por este motivo, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP) han consensuado qué biomarcadores deben evaluarse rutinariamente en pacientes con cáncer de mama.

Para planificar un tratamiento adecuado en pacientes con cáncer de mama en etapas tempranas, es fundamental que los informes patológicos incluyan la expresión y niveles de ciertas proteínas (RE, RP, HER2, Ki-67), además del grado histológico. Estos datos son clave para determinar el pronóstico y las opciones terapéuticas disponibles, como el tratamiento hormonal, la quimioterapia, el tratamiento anti-HER2 y los inhibidores de la PARP. En casos específicos, se pueden utilizar diferentes plataformas de pronóstico genético para predecir el pronóstico y evaluar si el tratamiento adyuvante puede limitarse al tratamiento hormonal.

En el caso del abordaje del cáncer de mama avanzado, los médicos necesitan contar con información adicional, como los resultados de BRCA, PI3K, ESR1, PD-L1, entre otros, dependiendo de las características del tumor y la progresión del tratamiento. También se han identificado otros biomarcadores y tecnologías experimentales que podrían ser útiles en el futuro, pero que actualmente no son pruebas convencionales.

La identificación de biomarcadores y su aplicación en la práctica clínica especialmente en el diagnóstico y tratamiento personalizado proporcionan una mayor eficacia y seguridad, mejorando la calidad de vida de los pacientes, y contribuyen a la sostenibilidad del sistema de salud.

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