La exposición a la contaminación atmosférica en el embarazo podría asociarse con alteraciones en el cerebro en niños y niñas

Un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Erasmus Medical Center de Rotterdam asocia la exposición residencial a la contaminación atmosférica durante el embarazo con anomalías cerebrales que podrían contribuir a una reducción en la capacidad cognitiva de niños y niñas en edad escolar.

La exposición a la contaminación durante la vida fetal se ha relacionado con un desarrollo neurológico infantil deteriorado, pero todavía queda por determinar si las alteraciones estructurales del cerebro subyacen a esta asociación. Los científicos evaluaron si la exposición a la contaminación atmosférica durante la vida fetal alteraba la morfología cerebral y si estas alteraciones mediaban la asociación entre la exposición a la contaminación atmosférica durante la vida fetal y la función cognitiva en niños en edad escolar. El cerebro del feto es particularmente vulnerable, ya que aún no han desarrollado los mecanismos para protegerse de las toxinas ambientales o eliminarlas.

El estudio, publicado en Biological Psychiatry, analiza los datos de una cohorte de natalidad basada en la población establecida en Rotterdam, Países Bajos, entre los años 2002 y 2006. Los niveles residenciales de contaminación atmosférica durante todo el período fetal se calcularon utilizando modelos de regresión de usos del suelo. Se estudiaron las neuroimágenes estructurales y funciones cognitivas en una cohorte de 783 niños entre 6 y 10 años de edad, y los modelos se ajustaron en función de características socioeconómicas y de estilo de vida.

Los resultados mostraron que aquellos niños expuestos a mayores niveles de contaminación durante la vida fetal tenían una corteza más delgada en varias regiones cerebrales de ambos hemisferios. La corteza cerebral reducida en el precúneo y las regiones frontales medias rostrales estaba mediada por la asociación entre la exposición a partículas finas y el control inhibidor alterado. Aun así, la exposición a la contaminación del aire no se asoció con los volúmenes cerebrales globales. En promedio, los niveles residenciales de dióxido de nitrógeno se situaron justo en el límite de seguridad.

Los investigadores concluyeron que la exposición a partículas finas durante la vida fetal se podía relacionar con alteraciones estructurales cerebrales infantiles de la corteza cerebral. Asimismo, estas alteraciones mediaban parcialmente la asociación entre la exposición a partículas finas durante la vida fetal y el control inhibidor del niño afectado. Tal deterioro cognitivo en edades tempranas podría tener consecuencias significativas a largo plazo.

Investigación original: Guxens M., et al. Air pollution exposure during fetal life, brain morphology, and cognitive function in school-age children. Biological Psychiatry, 2018 https://doi.org/10.1016/j.biopsych.2018.01.016